TENDENCIAS CLIMÁTICAS

No hay novedades significativas en cuanto al principal forzante planetario con incidencia en el sudeste de Sudamérica. La neutralidad está definida a pesar de que aun aparecen bolsones de agua superficial con desvíos negativos en el Pacifico Ecuatorial central. No es una situación representativa. Los modelos de pronósticos del indicador ENSO, sostienen la neutralidad para todo el invierno y para el avance sobre la primavera, luego hay algún crecimiento en las chances de los desvíos negativos. Esto no establece ninguna tendencia de rigor para este indicador, con lo cual todas las estrategias de campaña deben basarse en la neutralidad.


El litoral Atlántico aun aparece con predominio de aguas superficiales más cálidas de lo normal con lo cual, aun en este mes de junio, cuando tengamos circulación del noreste, los vientos tenderán a transportar aire más templado y húmedo que lo habitual. La corriente de Malvinas no está sobreenfriada por la influencia de la circulación antártica, esto avala la posibilidad de un invierno que puede mantenerse con un régimen térmico moderado o incluso con tendencia a corrimientos positivos.

Con los forzantes de escala planetaria fuera de acción, ingresamos al invierno con una fuerte injerencia de la dinámica de escala regional, fundamentalmente referida a la frecuencia de sistemas frontales y la ubicación de la zona de alta presión.

Por lo general tras los pasajes frontales, las zonas de alta presión tienden a volverse predominantes en el área continental durante el invierno, sin embargo, ya hemos visto luego de la última entrada de aire polar una recomposición del viento del noreste. De acuerdo a lo que mencionamos, se pueden dar condiciones para la llegada de aire más templado, lo cual mantendrá un régimen térmico poco riguroso. En el último fin de semana hubo un pasaje frontal muy rápido, que activó lluvias recién sobre el norte de la Mesopotamia y generó un refuerzo de aire frío. Sin embargo, mientras las masas de aire mantengan su fuente lejos de latitudes polares, no se presentarán días con bajas temperaturas o heladas significativas.

La oscilación antártica (AAO), que define las incursiones de aire polar, se mantiene con un índice positivo hasta mediados de junio. En términos prácticos esto deja el aire polar apenas en la cercanía de la provincia de TdF y es necesaria una circulación de aire del sur muy profunda para que se repita algo como lo observado en las últimas jornadas de mayo. Esto no está siendo frecuente, es decir, no se está dando una configuración de sistemas de presión en superficie que permitan transportar aire tan frío. Para eso deberíamos notar una llegada más franca del aire frio a la Patagonia (AAO negativa), lo cual dejaría más cerca el aire polar para un posterior avance sobre la franja central del país. Deben suceder ambas cosas a la vez, por lo pronto, eso no se viene dando y en consecuencia las irrupciones de aire polar son ocasionales. Apenas hemos tenido una sola. Recurriendo a la estadística, en mayo del año pasado se dio una muy alta frecuencia de frentes con masas de aire de origen polar.

Entendemos que a lo largo del trimestre ingresaremos en un periodo donde esta frecuencia de frentes con más acceso a masas de aire de origen polar tendrá lugar. En términos de lluvia, el mes de junio parece encaminado a mostrar las mejores lluvias corridas hacia el noreste de la Mesopotamia, con una oferta de agua para la región pampeana, que cumplirá con el típico gradiente este oeste, lo cual deja vulnerable a los déficits a las zonas que han quedado más secas en la provincia de CB.

Si se valida un aumento de la frecuencia de enfriamientos en julio, es poco razonable esperar lluvias importantes en la franja central, durante el próximo mes. A la vez estimamos que será corto este periodo más frío, con lo cual, la mejora de las lluvias puede darse antes del ingreso al trimestre de primavera. En conclusión, con gran parte del área que va a la fina con muy buenas recargas en los perfiles, la primera parte del invierno puede ser deficitaria y no afectar la disponibilidad de humedad. Si agosto se ajusta a la tendencia y muestra una mejora pluvial, el escenario para las siembras tempranas de maíz también se vuelve más seguro. En términos de cambio climático, ya fuera del contexto de un informe de tendencia estacional, se van perfilando inviernos más cortos y de menos rigor en gran parte de la región pampeana.

CONCLUSIONES

De acuerdo al diagnóstico climático del último período y al análisis de los principales indicadores de escala global y regional, proyectamos el siguiente comportamiento pluvial y térmico para el próximo bimestre:

1. El indicador “ENSO” no se aparta de la neutralidad. La proyección para el próximo trimestre no muestra cambios en los modelos de pronóstico. Por otra parte, siempre mencionamos que este tipo de indicador transita, en estas fechas, el período de mayor incerteza. Sin embargo, como se viene mostrando la evolución de los mapas mensuales sucesivos de la zona ecuatorial central, es poco probable que este forzante se desvíe hacia uno de los extremos. En todo caso es más probable el enfriamiento, pero esta cuestión es irrelevante al presente y no tiene impacto para el desarrollo de la fina. Eventualmente si hay algún cambio de interés, el mismo estará mucho más claro a partir de agosto.

2. Ingresamos en el trimestre en que la actividad atmosférica muestra su aplacamiento más marcado. Es improbable que volvamos a tener sucesos pluviales en la franja central como los vistos en mayo sobre el este. Las tormentas más importantes quedan recostadas en áreas tropicales del este e incluso allí tenderán a moderarse. El gradiente de lluvias este oeste ya se mostró muy marcado en mayo, es altamente improbable que se invierta en el trimestre frio. Las reservas de humedad marcan el pulso en este periodo, las recargas de mantenimiento llegan sobre el este, lo cual mantiene cierta vulnerabilidad a los excesos en zona del noreste bonaerense.

3. Posiblemente el resto del mes de junio se mantenga con temperaturas ligeramente por encima de los valores normales, con escasa incidencia del aire polar, más esperado y afianzado para el mes de julio. El rebote térmico será rápido en agosto, lo cual dejaría un invierno moderado.