El Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) asistió a una pyme de Tierra del Fuego y otras instituciones para fundamentar y solicitar la inclusión de un nuevo producto cárnico en el reglamento del Senasa (Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria). Participaron equipos de Neuquén y Buenos Aires.

Los avances tienen lugar luego de caracterizar fisicoquímicamente muestras de productos elaboradas en diferentes regiones del país. El alimento en cuestión es pitina, de origen italiano y típico de la región del Friuli.

Los equipos de Alimentos y Bebidas de Patagonia y de Tecnología de Producto del INTI asistieron a la pyme firma fueguina Chacinados San Andrés y lograron la aprobación del Senasa. Esto permitirá usar la denominación que define a la pitina y habilitar su comercialización.

Ante el desafío de la pyme de pedir y promover que este peculiar producto se incorpore al Código Alimentario Argentino (CAA), el Ministerio de Producción de la provincia se contactó con referentes del instituto para que asista a esta empresa de Tierra del Fuego dedicada a la elaboración de embutidos ovinos.

La elaboración de un expediente técnico ya fue aprobada por la Comisión Permanente de Estudio y Actualización del Reglamento de Inspección de Productos, Subproductos y Derivados de Origen Animal (Cpeari) del Senasa. La redacción del informe, realizada bajo un contrato con el Consejo Federal de Inversiones (CFI), permitió iniciar el proceso legal por el cual próximamente este nuevo producto podrá comercializarse formalmente.

“Para dar de alta este producto no solo analizamos la elaboración de Chacinados San Andrés, sino que buscamos muestras en todo el país. Encontramos muchas variedades en Córdoba, detectamos que las vendían mal rotuladas como ‘salamín’ y hallamos puntos en común desde el aspecto técnico”, cuenta María del Carmen Díaz, a cargo del Departamento de Alimentos y Bebidas de la Subgerencia Regional Patagonia.

El grupo de trabajo realizó un exhaustivo relevamiento sobre normativa nacional e internacional, analizó la denominación de origen del producto en Europa y su implicancia para la denominación adecuada en Argentina; y estudió publicaciones de organismos oficiales y constancias de aprobación en otros países.

“El equipo de INTI en Patagonia relevó los elaboradores de este producto, las variedades que hay en el mercado y su tipo de habilitación. En nuestra sede de Buenos Aires trabajamos sobre el proceso productivo, analizando los parámetros claves para garantizar su inocuidad”, señala Estela Martínez Espinosa, jefa del Departamento de Tecnología de Producto, de la Subgerencia Operativa de Tecnología de Alimentos, que integra la Gerencia de Desarrollo Tecnológico e Innovación del organismo.

Para ello, se realizó la caracterización microbiológica, fisicoquímica y sensorial de muestras de producto lo más fidedigna posible a la pitina friulana de origen italiano.

Desde Tierra del Fuego, se solicitará la homologación con el CAA, lo que permitirá que este producto pueda elaborarse en todo el territorio argentino bajo las condiciones higiénico-sanitarias, bromatológicas y de identificación comercial que se definan.

La pitina es un producto originario de Italia, que se diferencia por no ser un embutido y por su forma de albóndiga achatada cubierta de harina de maíz. Se elabora con carne ovina, y Chacinados San Andrés ofrece una versión única: está hecha con materia prima patagónica.

Fuente: Rionegro.com